Azúcar Morena vs. Azúcar Blanca

Tip #1: Azúcar Morena

Tal vez tú has visto en la lista de ingredientes de unas recetas algo que se llama azúcar morena. Ahora bien, seguramente tú conoces muy bien el azúcar blanca y el azúcar crema, ¿pero el azúcar morena? ¿Que será eso?

En los Estados Unidos donde yo crecí, se vende el azúcar blanca y el azúcar morena donde sea que tu vayas a comprar. Son super comunes y ambas se usan mucho en la repostería. Pero, aunque yo siempre he estado muy familiarizada con ella, nunca sabia cuál exactamente era la diferencia entre el azúcar blanca y la morena. Obviamente una era blanca y la otra un color marrón claro. Y el azúcar blanca es mas graneada y seca, mientras el azúcar morena es mas pegajosa y se siente un poquito mojada. Pero, ¿por qué? 

Bueno, me puse a investigar y descubrí algo interesante. Ambos tipos de azúcar vienen de la caña, de la cual se le saca una miel que se llama melaza. Luego, la melaza es procesada y girada rápidamente en una maquina para separarle el azúcar de la miel. El resultado es el azúcar blanca que conoces. El azúcar morena se hace devolviéndole un poco de la melaza que le fue quitada al azúcar. Por eso, tiene ese rico color de caramelo. Dependiendo de la cantidad de melaza que le agregan, se puede hacer azúcar morena oscura o azúcar morena clara. Y por eso también tiene esa textura media mojada.

Cuando me mudé a la República Dominicana y comencé a hornear, algo que descubrí es que aquí el azúcar morena no siempre se puede encontrar fácilmente. Hay mucho azúcar blanca y azúcar crema, pero ninguno funciona en una receta igual que el azúcar morena. Y solo la podía encontrar de vez en cuando en un supermercado grande (como La Sirena o Jumbo), pero nunca era seguro que la iban a tener. Me frustraba porque a veces simplemente quería una correosa galleta de chispas de chocolate, y no la podía hacer porque no aparecía el azúcar morena. Y créeme, si tratas de sustituirle azúcar blanca, el resultado no será igual para nada. Terminarás con una galleta dura, crujiente, y pálida. Que tristeza.

Un día se me ocurrió buscar si había manera de crear el azúcar morena en casa. Y a mi gran sorpresa, ¡encontré que sí! Y que era muchísimo más fácil de lo que yo pensaba. En ese momento, no sabía nada del proceso de hacer azúcar, pero ahora que lo conozco, tiene todo el sentido del mundo. Para hacer el azúcar morena, simplemente tienes que agregarle un poquito de melaza al azúcar blanca. 

Ahora, yo sé que acabo de perder algunos de ustedes. Algunos estarán diciendo, “¿¿melaza?? ¡Guácala!” Tranquilo. Respira. A mi tampoco no me gusta el sabor de la melaza. Pero, créeme, lo que le vas a agregar será muy poco y el sabor no saldrá en tu receta. A una taza de azúcar blanca, solo se le añade un cucharada de melaza. Ósea, ¡es muy poco! Así que, relájate, todo va a estar bien.

Desde ese día, compré mi pote de melaza y cada vez que no se encuentra el azúcar morena que necesito para una receta, la hago yo, y en menos de 5 minutos. Y lo bueno es que ese truquito es super económico, porque ese pote de melaza te durará mucho tiempo. El mío me ha durado un par de años, porque solo uso un poquitito a la vez! Así que, pon la melaza en tu lista de compras y te aseguro que no te arrepentirás. 

(Si necesitas ideas de como usar el azúcar morena, recomiendo mis galletas con chispas de chocolate. Son mi postre favorito y son fáciles de hacer.)

Cuando pienso en la melaza, pienso en la corrección. Ambas cosas si tomadas solas son amargas y desagradables. No conozco a nadie que quisiera comer una cucharada de melaza simplemente porque le gusta. Tal vez exista esa persona en algún rincón del mundo, pero creo que para la mayoría de nosotros, no es algo que vemos como apetecible.

Lo mismo se podría decir de la corrección. Nadie quiere que lo llame a la atención y palabras de confrontación pueden ser muy ásperas para aceptar. Cuando alguien nos confronta con nuestro pecado, tendemos a reaccionar de la misma manera como si estuviéramos tomando un trago de melaza – con un gesto de disgusto y negación.  

¿Lo has experimentado? ¿Alguna vez te han regañado por un error que cometiste? ¿Como reaccionaste? Yo puedo afirmar que eso me ha pasado algunas muchas veces, y lamentablemente, mi tendencia es reaccionar con enojo o negación. O quizás eres la persona que ha confrontado a otro por una falta y has experimentado su rechazo o incredulidad.

Pero…

¿Qué sucede cuando combinamos un poquito de melaza con una taza de azúcar? Magia. Se crea algo maravilloso y delicioso. El azúcar equilibra el fuerte y acre sabor de la melaza con su intensa dulzura. Y el resultado es hermoso.

De la misma manera, cuando alguien nos confronta en amor y con gracia sobre nuestras faltas, resultan ser mas suaves de tragar sus palabras. Es cierto que la verdad puede ser desagradable. Somos pecadores y no nos gusta que señalen nuestros errores. Pero, parte del proceso de la santificación incluye la corrección de hermanos que nos aman y desean ayudarnos a crecer. Y de igual manera, tenemos la responsabilidad de ayudarlos a ellos a ver sus areas de pecado que necesitan ser corregidos.

Pero, noten la manera en la que debemos hacerlo según las Escrituras…

2 Timoteo 2:25a

“que con mansedumbre corrija a los que se oponen”

2 Timoteo 4:2b

“…redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

Colosenses 4:6

“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.”

Que siempre corrijamos con un corazón lleno de amor, paciencia, y mansedumbre usando palabras sazonadas con gracia! Y así mezclada con azúcar, la melaza se bajará mas suave. 

Con amor y una pizca de sal,

Jenna

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